miércoles, 7 de septiembre de 2011

Crónica de una muerte anunciada Parte IV: Caso Moreira o de la incapacidad de gobernar / Liev Vladimir Ramos Cárdenas


Se vale acaso que, en lugar de responder por qué endeudó al Estado de Coahuila, de 320 millones aproximadamente a casi 34 mil millones, por qué ocultó información sobre la deuda, por qué falsificaron los documentos oficiales del Congreso Estatal, se recurra a la descalificación política, a la invención de una campaña orquestada desde la SHCP para perjudicarlo.

Humberto Moreira, ex Gobernador de Coahuila y ex Presidente Nacional del PRI ha dicho que se trata de una campaña en su contra tendiente a desprestigiarlo, que de marzo a la fecha él ya no estaba al frente de la administración de la entidad, como un intento para eludir su responsabilidad por el escándalo que ha generado la deuda del Estado y las formas para contratarla.

Cierto: Héctor Javier Villarreal, Director del Sistema de Administración Tributaria del Estado de Coahuila, fue quien envió a SHCP los documentos apócrifos que solicitaban el registro de deuda subnacional falsariamente aprobados por el Congreso Local, garantizados con cargo a las participaciones federales, pero Moreira se olvida de mencionar que fue él quien designó a Javier Villarreal en su puesto por doce años y que, la deuda subnacional en su Estado no creció tan drástica e irresponsablemente de marzo del presente año -en qué dejo la gubernatura- a agosto del corriente, ahora ya como líder nacional priísta. Por si fuera poco, dejó en el poder a su hermano, como si la rueda del tiempo diera la vuelta hacia atrás y nos trasladará a la época virreinal.

Dentro de la lógica de Moreira, el cumplimiento de las tareas de la SHCP y de sus funcionarios -lo que nosotros pagamos con nuestros impuestos-, equivale a una campaña para desprestigiarlo, como si para esa tarea necesitara inversiones de capital dicho sea de paso, la aseveración del ex gobernador de Coahuila es gravísima en tanto que desvela la conciencia priísta, “conciencia” que señala a la SHCP que no se debe actuar por consigna política, que su función debe derivar del marco normativo que se le ha dado pues para ello tiene un presupuesto público. Moreira quiere hacernos creer que la actuación de Hacienda es deficiente porque implica “daños políticos” desde su perspectiva. El PRI insta por todos los medios a que la ciudadanía considere que la Secretaría de Hacienda y Crédito Público solo hace bien su labor cuando autoriza créditos millonarios con cargo a las participaciones federales y en cambio, se equivoca cuando denuncia por cometer delitos graves, de increíble configuración.

Este episodio patético en la historia personal de Moreira, a quien el priísmo ha encumbrado como su líder nacional, y desafortunado para la historia política de México, es una clara muestra del desprecio que tiene el PRI respecto al equilibrio de poderes, lo que hizo el ejecutivo de Coahuila es pasar por encima del poder legislativo, pero además demuestra la eficiencia gubernamental del PRI en el gobierno.

Si las elecciones fueran realmente una calificación a los partidos políticos y a sus gobiernos, donde se calificara qué tan eficiente ha sido la labor administrativa durante esos seis años, donde se tomaran en cuenta los niveles de endeudamiento generado en seis años, el control de la inflación, la utilización transparente de los recursos públicos, donde la rendición de cuentas fuera la mejor arma para combatir la corrupción, no habría duda que desde hace mucho tiempo el PRI habría dejado de competir en este país.

Al respecto sólo unos datos que considero importantes y que hablan muy bien de la actividad del PRI como gobierno, de cómo llevan a cabo ellos su arte de gobernar: en la década de los 80´s el aumento de precios fue de 15,062%, en la década de los 90,s fue de 401%, en diez años de gobiernos panistas el aumento de precios fue de 55%.

El Producto Interno Bruto por persona (promedio anual en dólares durante la década) en los 80´s fue de 2,959, en los 90´s fue de 4,870, en diez años de gobiernos panistas fue de 8,326.

La Devaluación del peso (acumulado durante la década) en los 80´s fue de 12,576%, en los 90´s fue de 221%, en diez años de gobiernos panistas fue de 31%.

Finalmente y para no perdernos en cifras, las tasas de interés son las más bajas de la historia, (cetes a 91 días, promedio anual durante la década) en los 80´s fue de 57.9%, en los 90´s fue de 23.3%, en diez años de gobiernos panistas fue de 7.5%.

Llama la atención durante estos diez años, en que la economía nacional se ha mantenido estable, las economías estatales, específicamente las de Veracruz, Nuevo León, Coahuila, Quintana Roo, Michoacán y Nayarit, que son las más endeudadas del país, a excepción de Michoacán que ha sido gobernada por el PRD y Nuevo León por el PAN de 1997 a 2003, el PRI es el partido que las ha gobernado desde siempre.

Sé muy bien que en la actualidad y de cara al 2012 el PRI quiere llevar las elecciones a un concurso de popularidad, donde la vacuidad de sus propuestas será sustituida por el oprobioso gasto en publicidad de sus imágenes sin sustancia, donde el discurso ideológico y el de campaña se rindan ante los eventos masivos, donde las historias de telenovela intenten salir de la pantalla chica e imponerse sobre la realidad nacional. Esa ha sido la apuesta del PRI desde hace seis años.

“Te queremos, te apoyamos, te respaldamos” le dijo ante 15 mil delegados cenecistas el gobernador del Estado de México al ex presidente nacional del PRI y ex gobernador de Coahuila, Humberto Moreira. En esa misma reunión los ex dirigentes nacionales vivos del PRI, firmaron el resolutivo apoyo irrestricto a su ex presidente nacional. Los signantes, que deberían pasar a la historia por este sólo acto, fueron: Beatriz Paredes, María de los Ángeles Moreno, Jorge de la Vega Domínguez y Rafael Rodríguez Barrera, además de los gobernadores de Chihuahua, Yucatán, Tamaulipas, Nayarit y Estado de México.

El episodio de la deuda de Coahuila, así como el corolario antes referido, demuestran, por una parte, la falta de vergüenza en el PRI al apoyar y defender las causas más indignas; pero además evidencian la incapacidad de ese instituto político para gobernar (ya en otras ocasiones he hablado sobre su incapacidad para competir en elecciones justas y transparentes). Por ello su transformación ha ido de Partido Político a amalgama de intereses facciosos y personales.

No hay comentarios:

Publicar un comentario