martes, 18 de octubre de 2011

La Reforma Política que viene


El desencanto que priva en la ciudadanía, en todos sus estratos, respecto a la actividad política y a quienes nos dedicamos a ella, no es una cuestión menor sino que por el contrario, es algo que debemos tomar muy en cuenta los legisladores (especialmente los diputados), al momento de hacer nuestro trabajo pues la misma encuentra razones justificadas y entendibles.

Cuando oteamos en los porcentajes de participación ciudadana en las elecciones, sean éstas locales o federales, nos topamos ante una realidad que significa o debiera significar un llamamiento de atención y una demanda de nuestros mejores esfuerzos: nunca o casi nunca podemos alcanzar una votación de al menos la mitad del padrón electoral. Esto aunado al elevado costo de los partidos políticos así como la falta de democracia interna en algunos de ellos y la existencia de muchos partidos que representan posiciones realmente irrelevantes de la sociedad contribuyen al desencanto al que me he referido.

Quizá sean éstas las mejores muestras de cómo los ciudadanos han perdido el interés poco a poco en la política, sus representantes y en general en la actividad que tiene que ver con los asuntos de la cosa pública; podría pensarse también que si no se toman cartas en el asunto la situación no cambiará y el divorcio entre la sociedad civil y la política caminará irremediablemente hasta la descomposición.

¿Qué hacer ante este panorama? Sin duda desde el legislativo tenemos un compromiso ineluctable que no aceptará pretextos dilatorios para esconder el día de mañana nuestra responsabilidad por no hacer lo que debimos.Es necesario acercar la democracia a la ciudadanía, es indispensable empoderar a la sociedad civil mediante la correcta utilización de mecanismos de democracia semidirecta o directa y que son el complemento de la representación política que constituye uno de los pilares de nuestra forma de gobierno.

La idea no es formarnos en las filas de los críticos de la representación, pues pensamos que la crítica es importante, fundamental e indispensable para una democracia, pero también lo es pasar al nivel propositivo, disentir también forma parte un país democrático, por eso creemos que el problema no está en la representación sino en acercar a la sociedad civil a la toma de decisiones, compartir el poder en el seno de cualquier comunidad, compartir facultades y responsabilidades, resumiendo: involucrar más a la sociedad, retornar a la concepción clásica de “democracia” (el poder del pueblo) pero con determinados mecanismos de control que permitan el sano y correcto funcionamiento de dichas formas de democracia semidirecta.

En ese sentido, el pasado 28 de abril de 2011 la Cámara de Diputados recibió la minuta proveniente del Senado de la república que reforma diversas disposiciones de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos en materia de Reforma Política y en la misma fecha la turnó para efecto de ser dictaminada a las comisiones de Puntos Constitucionales y de Gobernación siendo la primera en turno la encargada de elaborarlo y para opinión a la Comisión de Participación Ciudadana. Es preciso mencionar dos situaciones al respecto: Por una parte, la minuta recibida del Senado de la República, así como el respectivo Dictamen que habrá de analizarse, discutirse y en su caso votarse al interior de las Comisiones legislativas como posteriormente en el Pleno de la Cámara, son el resultado de años de discusiones, propuestas, ideas, iniciativas y proposiciones, intentan ser una respuesta a un tema tan enérgicamente demandado por todos los sectores de la sociedad pero además condensan los acuerdos políticos posibles. Por otra parte, aunque la minuta que contiene la Reforma Política se recibió desde el 28 de abril de este año, esto es, tan sólo dos días antes de que culminara el periodo ordinario de sesiones y ante un periodo extraordinario frustrado, el trabajo al interior de las comisiones ha sido incansable a tal punto de analizar a detalle cada una de las propuestas que contenían la Minuta del Senado.

La Reforma Política pasa, entre otros, por temas tan importantes y urgentes para la vida del país como:
La iniciativa ciudadana actualmente la facultad de iniciar leyes la tienen sólo tres sujetos, el Presidente, los legisladores federales y los congresos locales, esto de acuerdo con el artículo 71 de nuestra Carta Magna. Sin embargo este modelo ha demostrado estar rebasado y es necesario reforzar la representatividad que ostentan estos actores políticos acompañándola con el mecanismo de la iniciativa ciudadana siendo un modelo que se ha probado con éxito en numerosos países y que dota al ciudadano común de una herramienta para incidir en la agenda legislativa de su país así, pasa de ser simple espectador a actor, personaje central en la generación de ideas y compromiso para llevarlas a cabo reuniendo los requisitos que exija la ley. De igual forma habrá temas que deberán estar vedados a la iniciativa ciudadana pues no es deseable por ejemplo, que llegaran a presentarse iniciativas que menoscabarán derechos fundamentales.

Candidaturas independientes: este tema es uno de los que más impacto ha tenido en los medios masivos de comunicación y constituye una de las principales exigencias de la sociedad, sin embargo es preciso reflexionar sobre un posible riesgo que pueda entrañar la candidatura independiente, pues como dije líneas arriba son precisamente los medios de comunicación, especialmente los electrónicos los que contribuyen a la personalización de la política introduciendo la lógica del mercado en la contienda electoral, pues es la lógica por la que se rigen los medios de comunicación pero es distinta a la de los planes y programas políticos importando más las caras que las ideas. En este sentido la candidatura independiente pudiera (dependiendo de la forma en que habrá de instrumentalizarse) contribuir a este fenómeno de la mercadotécnica política.

La iniciativa preferente: que otorga la facultad al Ejecutivo de presentar hasta dos iniciativas por periodo ordinario para que sean dictaminadas dentro del mismo periodo. Es importante decir que esta iniciativa no busca fortalecer el sistema presidencialista pues no se está obligando al legislativo a dictaminar favorablemente estas iniciativas, antes bien organiza la agenda legislativa del país y la relación entre poderes, no es necesario crear nuevas facultades para el Ejecutivo sino ajustar los procedimientos legislativos para dictaminar estas iniciativas con carácter de preferente.

Finalmente existen otros temas importantes y trascendentales como la reconducción presupuestal, la ratificación de los comisionados de Órganos Reguladores, la integración de la Asamblea del Distrito Federal y las observaciones del Ejecutivo al Presupuesto de Egresos de la Federación. De la discusión que se suscite al interior de la Comisión y posteriormente en el Pleno deberemos estar atentos todos pero, sobre todo la sociedad civil pues en este tema más que en otros habrá de ver afectados para bien sus intereses.

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