Por mandato constitucional, los diputados nos encontramos obligados a aprobar
a más tardar el 15 de noviembre el Presupuesto de Egresos de la Federación que
nos hizo llegar el Ejecutivo el pasado 8 de septiembre de este mismo año. Esto
conforme a la fracción IV del artículo 74 de la Constitución Política de los
Estados Unidos Mexicanos.
Es quizá ésta facultad del poder
legislativo, dónde más se aprecia la importancia y la legitimidad de la Cámara
de Diputados, para que analicemos, discutamos y aprobemos el Presupuesto,
después de las modificaciones y reorientaciones de recursos a las que haya
lugar.
En este acto se escucharán todas
las voces de la sociedad mexicana representada por la composición plural del
órgano legislativo y al respecto es preciso hacer algunas consideraciones.
En principio creemos que el
Presupuesto de Egresos de la Federación contiene grandes aciertos, pues en términos generales puede decirse que
apuesta por la estabilidad de la economía, además hay una nota relevante en el
proyecto enviado por el Ejecutivo: es el presupuesto más grande de la historia,
con un total de 3 billones 647 mil 907.1 millones de pesos y que es superior al del año pasado en 120 millones
de pesos, lo que no podría explicarse sin una prudencia en el manejo de
las finanzas, responsabilidad que se traduce en la tranquilidad de millones de
familias mexicanas.
Otro dato que nos parece de gran
importancia es que, cumpliendo con lo dicho, el Ejecutivo Federal no propone incrementos en las tasas de
impuestos vigentes ni la creación de nuevos impuestos, cuestión que
indudablemente a la oposición (me refiero a aquella que sólo piensa en función de
tiempos electorales) más que agradarle por significar bienestar y solvencia
para los mexicanos, pueden verla con cierto recelo o inclusive como un
desacierto que impacta en sus estrategias. Permítaseme la digresión: el
Ejecutivo Federal no contempla nuevos impuestos o elevarlos los existentes pues
ha hecho bien su tarea y ha considerado cubierta las necesidades que debe
atender el Presupuesto pero, es difícil que los ejecutivos locales resistan la
tentación de allegarse de más recursos provenientes de esa misma fuente, sólo
que ahora serían ellos quienes tendrían que cargar con los costos políticos de
implementar las impopulares medidas.
El Proyecto contempla un
significativo aumento de 16.8% respecto al del año pasado para las actividades
de ciencia, tecnología e innovación, esfuerzos que son coordinados
mayoritariamente hasta ahora por el CONACYT y que representa el compromiso de
los gobiernos panistas para apostarle a la ciencia y tecnología como un pilar
del desarrollo y del progreso. Este incremento que no es menor obedece también
a la necesidad de llevar a nuestro país a niveles de competitividad óptimos y
de atender un sector de la población clave para esta tarea.
Cuando hablamos de que
orientación tiene el Presupuesto para ejecutarlo desde la administración, es
necesario contextualizar que evidentemente dada la situación actual por la que
atraviesa el país, la inseguridad es uno de los temas que más preocupan a la
ciudadanía por la ola de violencia desatada en algunas partes de la República y
además por el fuerte combate a los delincuentes que ha encabezado este Gobierno,
de ahí que sean las Secretarías cuyas funciones se relacionan directamente con
la Seguridad Pública, la Justicia y la Defensa Nacional para las que se
contemple un incremento de mayores recursos en el Presupuesto hecho llegar a la
Cámara de Diputados.
Sin embargo el área del sector
público que más aumento de recursos tiene para el 2012 (en un 46.8% respecto al
del año anterior) es el Instituto Federal Electoral, esto en función del
proceso del próximo año que debe atender con las mejores herramientas y armas a
efecto de lograr la tan ansiada imparcialidad y equidad en la contienda y sus
resultados.
Un aspecto más que no puede
dejarse pasar en este año consiste en la eliminación del Proyecto de Ley de
Ingresos del impuesto a la tenencia y
uso de vehículos y la entrada en vigor de la deducibilidad de las colegiaturas
en el Impuesto Sobre la Renta de las personas físicas, lo que se hace en forma
responsable y sin poner en riesgo las finanzas públicas.
Considero que este Proyecto de
Presupuesto apuesta por la responsabilidad, la estabilidad, la austeridad y la
eficiencia en el gasto público, es además objetivo, de largo plazo y a favor
del bienestar de las familias y de millones de mexicanos.
Sin embargo y como toda obra
humana es perfectible y puede y debe ser corregido en aquellos aspectos que no
satisfagan a los partidos políticos que integramos la Cámara de Diputados y que
tenemos la representación de los mexicanos. Pero esta labor debe ser realizada
con altura de miras, sin dejarnos llevar por las fiebres pre-electorales que
sólo enturbiarían el proceso y sin admitir influencias ajenas al Congreso que,
si bien pueden tener una fuente de legitimidad democrática en distintas partes
del territorio no son los actores facultados por nuestra Carta Magna para esta
labor.
Es cierto, inicia la discusión
del Presupuesto y también el desfile de diversos actores que tienen un derecho
legítimo a ser escuchados por esta Cámara pero sin que se entienda que esto se
debe prestar a chantajes políticos o peticiones incondicionales.
El mérito al que podemos aspirar
los diputados de esta LXI legislatura será encontrar en la negociación política
los mecanismos para votar un Presupuesto que cubra las demandas principales de
cada grupo, sabemos bien que la cobija es corta y que es imposible jalarla para
un lado sin destapar otro, pero tendrá que ser mediante las artes de la
política y de la ponderación que encontremos respuestas y soluciones a estas
problemáticas y podamos plasmar la voluntad, en algún grado de la diversidad política
de México.
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