Notas breves sobre la memoria
La solidez y durabilidad
de un recuerdo están relacionadas con las circunstancias emocionales en las que
se han adquirido.
Joaquim
Fuster
Nos han contado que
efectivamente, las neuronas van muriendo y las memorias de una cara, una
persona o de un momento feliz morirán con ellas para nunca más estar en
nuestros recuerdos dijo Ricardo Punset a Joaquim Fuster[1] en
una entrevista sobre la memoria.
Una memoria será tan
firme, tan sólida y tan duradera como las circunstancias en las que esta se
adquirió, generalmente. Las memorias se
forman firmemente con las emociones en el clima emocional, y en el curso de la
vida las memorias se ejercitan, repetidamente.
Además –dijo Fuster- debemos comprender que existen muchas clases de
memoria. La semántica que es más bien
abstracta, es la del conocimiento. La
memoria episódica de los detalles, de la vida, del nombre y del rostro que se
ejercitan a lo largo del tiempo y así subsisten. Al mismo tiempo, muchas conexiones de
debilitan y con ello se pierden memorias y se pierden neuronas y se pierden sinapsis
pero van creándose nuevas. La memoria
tiene la capacidad de suprimir y de inhibir a mandato del cerebro de olvidar memorias
que no vienen al caso para dejar espacio y vitalidad a las que son importantes.
Para la memoria la red neuronal es la clave,
sobre todo, aquellas de la corteza cerebral pues son la base de todo el
conocimiento y de toda la memoria. Las
redes de la corteza se forman a lo largo de la vida, con la experiencia, y es cuando
las neuronas se conectan. La conciencia
del conocimiento y la conciencia de la memoria se encuentran en esta red.
Las memorias son
distintas porque se han formado de modo distinto, con elementos aleatorios
diferentes para todos, aunque se compartan ciertas redes como la cultura, el
ambiente que hemos vivido, las leyes del léxico, del lenguaje. Las memorias están organizadas de modo
jerárquico además, en el nivel más bajo está la memoria sensorial, motora,
primaria. Más allá están las zonas
asociativas de la corteza, donde la memoria se va haciendo más interconexa, más
compleja, más amplia y más difusa.
Muchos siglos antes, en
“Los Diálogos de Platón” Sócrates decía que recibir la sensación de algo o el
hecho de sentir las cosas no significaba que se comprendían. Ver las letras por ejemplo no significa poder
entender la lectura porque además de la sensación existe la memoria, y en ella radica el poder de lo que se ha aprendido y
sentido. Para Sócrates, no siempre se
necesita sentir para saber, porque recordar lo ya sentido es suficiente.
Habiendo leído lo
anterior sobre la memoria, y después
de leer comentarios y noticias como las de estos
últimas semanas en mi tierra, Chiapas. Pregunto: ¿Podríamos describir a Chiapas a través de la memoria de sus
hijos? Si podemos describir al Estado, me intriga saber, ¿Cómo sería nuestra memoria?
Nota: este breve ensayo corresponde al Capítulo II del catálogo de ensayos titulado Del Desarrollo Municipal.
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